15 jul 2012




Lúthien nació en Doriath antes que se elevara el Sol y la Luna. Ella era hija del rey Elfo Elú Thingol y del espíritu Maia que llamaban Melian.

    Era la doncella más hermosa que jamás existió. Tenía el cabello obscuro, los ojos grises y su piel era blanca como nieve. Siempre cantaba y bailaba en los bosques de Doriath. Durante mucho tiempo vivió en la seguridad de Doriath, pero un día entró a esos bosques un hombre llamado Beren y encontró a Lúthien bailando entre los árboles.
    Beren era hijo de Barahir, el heredero de Bëor. Después de la Batalla de la Llama Súbita, Dorthonion, el territorio en el que vivían los Hombres de la Casa de Bëor, fue ocupado por las criaturas de Morgoth, el Señor Obscuro. Todos sus habitantes huyeron o fueron asesinados por los Orcos, exepto Barahir, Beren y once hombres más. Morgoth los persiguió a muerte y el único que sobrevivió fue Beren. Lo único que conservó de las pertenencias de su padre fue un anillo que Finrod Felagund, el rey de Nargothrond, le había entregado como sello de su promesa de ayuda a él y a sus descendientes.
    Beren estaba desesperado y ya no podía continuar en las tierras que lo habían visto nacer, entonces cruzó las montañas de Gorgoroth, al sur de Dorthonion. En ellas luchó contra las hijas de la araña Ungoliant, entre las que estaba Shelob (Ella-laraña). Sobrevivió a esos peligros -que nadie más se había atrevido a enfrentar- y siguió su camino hacia el sur.
    Así llegó a las fronteras de Doriath y como su destino era más fuerte que los poderes de Melian la Maia, no fue detenido por la Cintura que protegía el reino de cualquier intruso. Caminando por esos bosques guardados encontró a Lúthien.
    A verla quedó prendado de ella y la llamó Tinúviel, que quiere decir ruiseñor. Cuando Lúthien -hija de un Elfo inmortal y de una Maia o diosa- vió a Beren -un hombre mortal- se enamoró de él y anduvieron solos por los bosques y fueron felices. Pero Daeron, el bardo de Thingol los vió y como él también amaba a Lúthien, denunció sus encuentros con Beren ante el rey.
    Thingol enfureció al oir esto e hizo traer ante su prescencia a Beren, pero le juró a Lúthien que no le daría muerte. Cuando Beren estuvo frente al rey le dijo que quería a Lúthien y que quería estar junto a ella para siempre. Todos en la corte pensaron que Thingol lo mataría de inmediato por su insolencia, pero como le había jurado a su hija que no lo haría, pensó en una forma de mandarlo a la muerte sin romper su juramento: le dijo que lo dejaría casarse con Lúthien si le traía uno de los silmarils hechos por Fëanor y que ahora se encontraban engarzados en la corona de Morgoth. Beren juró que cuando se volvieran a ver, él sostendría en la mano una de las Joyas Sagradas y salió del reino en su búsqueda. Lúthien no volvió a cantar o a bailar y todo se volvió sombrío en los bosques por lo mismo. 
    Beren encaminó sus pasos hacia Nargothrond y ahí le pidió ayuda a Finrod Felagund. Él le dijo que le ayudaría, pero que en ese momento habitaban en Nargothrond dos de los hijos de Fëanor, Celegorm y Curufin  y que habían hecho un juramento de odio sobre los Silmarils mucho tiempo atrás e intentarían por todos los medios detenerlo. Dicho y hecho, cuando los hermanos supieron de las intenciones de Beren, hablaron ante el pueblo de Nargothrond en su contra y nadie los quizo ayudar. Solamente diez compañeros se mantuvieron fieles a Finrod y con ellos dejaron ese lugar rumbo al norte.
    Finrod disfrazó a todos sus compañeros de Orcos y así llegaron hasta la torre del Paso del Sirion, dónde Sauron gobernaba una raza terrible de Licántropos. Sauron sospechó de los Orcos y los detuvo. Descubrió que ellos no eran Orcos y luchó con Finrod con cantos de poder y lo venció. Entonces todos fueron encerrados en la torre sin esperanza de poder escapar.
    Lúthien sintió un gran vacío en ese momento y al darse cuenta de que nadie ayudaría a Beren decidió ir ella misma a socorrerlo. Le pidió ayuda a Daeron el Bardo, pero él le comunicó a Thingol los propósitos de Lúthien y ella fue encerrada en una casa construída en el árbol más alto de Doriath.
    Pero ella no se dio por vencida e hizo un hechizo para que le creciera el pelo, con el que tejió una cuerda larga y fuerte y un vestido negro que la cubría por completo. A esto le agregó un hechizo de sueño y lanzó la cuerda hasta que la punta rozó a los guardias que la cuidaban abajo del árbol y cayeron dormidos. Así escapó Lúthien de Doriath sin ser vista.
    Caminando hacia el sur fue descubierta por el perro Huan de Valinor, que la llevó ante Celegorm, su amo y Curufin. Al ver la belleza de Lúthien, Celegorm se enamoró de ella y con engaños se la llevaron a Nargothrond, en donde la encerraron. Pero Huan ayudó a Lúthien a escapar y la llevó hasta la Torre del Paso del Sirion.
    Sauron había mandado licántropos para que los compañeros de Finrod confesaran su misión, pero todos habían sido fieles y no dijeron nada, así que los mataron a todos exepto a Beren y a Finrod. En el momento en que Lúthien llegaba a la Torre, el licántropo entraba a la celda para matar a Beren. Finrod rompió sus ligaduras y luchó contra la bestia en defensa de Beren. Murió por las heridas que le causó el licántropo y así cumplió su juramento hasta el final.
    Huan defendió a Lúthien de los licántropos que salían de uno en uno de la torre y de Sauron en persona. Él tomó la foma de un licántropo grande y terrible e intentó atacar a Lúthien, pero Huan lo detuvo y lo mordió en el cuello. Sauron no pudo soltarse, así que se rindió y cedió el mando de la torre a la hija de Thingol.
    Ambos buscaron a Beren y lo encontraron en un calabozo junto al cuerpo de Finrod. Salieron y se dirigieron hacia a los bosques de Brethil. Fueron encontrados por Celegorm y Curufin, e intentaron matar a Beren y raptarse a Lúthien, sin lograrlo. Beren le quitó el cuchillo Angrist a Curufin y los dejó irse, pero ellos los atacaron a traición e hirieron a Beren. Lúthien curó a Beren con su magia y su amor. Estuvieron un tiempo errando por los bosques, pero al final retomaron su búsqueda.
    Lúthien utilizó sus artes para que Beren pareciera un licántropo y ella tomó la forma de un vampiro gigante. Así llegaron hasta las puertas de Angband y fueron detenidos por el lobo Carcharoth. Luthien conjuró un sortilegio de sueño y el lobo cayó profundamente dormido. Así pudieron entrar a Angband...
    Lúthien cantó y bailó ante Melkor y su voz durmió a todos los que habitaban en ese infierno. Mientras la mente de Morgoth vagaba en sueños obscuros, Beren quitó uno de los Silmarils de las corona de hierro con el cuchillo Angrist, que se quebró y una de las esquirlas rozó la cara del Señor Obscuro. Beren y Lúthien salieron aterrados de Angband, para encontrarse con Carcharoth en las puertas. El lobo los atacó y el hijo de Barahir intentó defender a Lúthien enseñandole la joya sagrada a la bestia, pero ésta no se amilanó y devoró el Silmaril y la mano que lo sostenía.
    Al contacto con la joya, las entrañas de Carcharoth se quemaron y huyó hacia el sur causando grandes destrozos. Beren y Lúthien fueron salvados por Thorondor y sus Águilas, que los llevaron por los aires hasta Doriath. La herida de Beren estaba envenenada y Lúthien temió que muriera, pero no fue así, al llegar la primavera él despertó y regresó a Tinúviel con su padre. Thingol estaba muy sorprendido de que regresaran vivos y al oír su historia le concedió a ese hombre mortal la mano de su hija. (se podría decir que el juramento de Beren, aunque no le diera la joya a Thingol en ese momento, estaba completo pues cuando se presentó ante el rey su mano sostenía un Silmaril, aunque su mano no se encontrara con él).
    Pero Carcharoth irrumpió en Doriath desde el norte y los Capitanes del Rey, Beren, Huan y el mismo Thingol fueron a cazarlo. Lo encontraron en las orillas del río Esgalduin. El lobo intentó atacar a Thingol, pero se interpuso Beren y recibió una terrible mordida en el pecho. Huan le saltó en ese momento y lucharon hasta que el perro venció al lobo. Entonces abrieron a Carcharoth y recuperaron el Silmaril, que le dieron a Beren y así pudo cumplir su juramento totalmente al entregarle la joya al Rey.
    Beren murió después de que vio a Lúthien, pero ella le pidió que la esperara del otro lado del mar. Así lo hizo y Lúthien desprendió su espíritu del cuerpo y voló hasta las Estancias de Mandos. Ella le pidió a Mandos con el canto más hermoso y triste que permitiera un último encuentro entre ellos. Él se lo concedió y le pidió a Manwë interviniera para mitigar su tristeza. Manwë le dio dos opciones a Lúthien: la primera sería que ella fuera a vivir a Valinor entre los dioses y olvidara todas sus penas y dejara que el espíritu de Beren fuera a donde van las almas de los Segundos Nacidos; la segunda opción fue que ambos volvieran a la vida durante un corto tiempo, vivirían en la Tierra Media sin ninguna garantía y ella se volvería mortal como su amado. Ella escogió lo segundo.
    Tomaron la forma material que tenían antes y se fueron lejos de Doriath hasta las tierras de Ossiriand e hicieron su morada en la isla de Tol Galen. Muchos Elfos los siguieron y vivieron felices por un corto tiempo. Ahí concibieron un hijo que fue llamado Dior Aranel.
    Thingol fue asesinado por unos Enanos de la fortaleza de Nogrod y el tesoro de Doriath robado. Beren salió con una compañía de Elfos Sindar y Verdes a vengar la muerte del Rey. Alcanzaron a los Enanos en el río Ascar y ninguno de los asasinos pudo escapar. De todo el tesoro sólo pudo recuperar el Silmaril que ahora estaba engarzado en el collar Nauglamir y se lo llevó a Lúthien.
    En ese tiempo se fue Dior con su esposa y sus tres hijos Elured, Elurin y Elwing para restaurar el reino de Doriath. Lúthien lució en el cuello el Nauglamir y fue la visión más hermosa en toda la Tierra Media. Tiempo después Beren y Lúthien dejaron el mundo y nadie supo dónde descansaron por última vez.




Las hojas eran largas, la hierba era verde,
las umbelas de los abetos altas y hermosas
y en el claro se vio una luz
de estrellas en la sombra centelleante.
Tinúviel bailaba allí,
a la música de una flauta invisible,
con una luz de estrellas en los cabellos
y en las vestiduras brillantes.

Allí llegó Beren desde los montes fríos
y anduvo extraviado entre las hojas
y donde rodaba el Río de los Elfos,
iba afligido a solas.
Espió entre las hojas del abeto
y vio maravillado unas flores de oro
sobre el manto y las mangas de la joven,
y el cabello la seguía como una sombra.

El encantamiento le reanimó los pies
condenados a errar por las colinas
y se precipitó, vigoroso y rápido,
a alcanzar los rayos de la luna.
Entre los bosques del país de los ellos
ella huyó levemente con pies que bailaban
y lo dejó a solas errando todavía
escuchando en la floresta callada.

Allí escuchó a menudo el sonido volante
de los pies tan ligeros como hojas de tilo
o la música que fluye bajo tierra
y gorjea en huecos ocultos.
Ahora yacen marchitas las hojas del abeto
y una por una suspirando
caen las hojas de las hayas
oscilando en el bosque de invierno.

La siguió siempre, caminando muy lejos;
las hojas de los años eran una alfombra espesa,
a la luz de la luna y a los rayos de las estrellas
que temblaban en los cielos helados.
El manto de la joven brillaba a la luz de la luna
mientras allá muy lejos en la cima
ella bailaba, llevando alrededor de los pies
una bruma de plata estremecida.

Cuando el invierno hubo pasado, ella volvió,
y como una alondra que sube y una lluvia que cae
y un agua que se funde en burbujas
su canto liberó la repentina primavera.
El vio brotar las flores de los elfos
a los pies de la joven, y curado otra vez
esperó que ella bailara y cantara
sobre los prados de hierbas.

De nuevo ella huyó, pero él vino rápidamente,
¡Tinúviel! ¡Tinúviel!
La llamó por su nom bre élfico
y ella se detuvo entonces, escuchando.
Se quedó allí un instante
y la voz de él fue como un encantamiento,
y el destino cayó sobre Tinúviel
y centelleando se abandonó a sus brazos.

Mientras Beren la miraba a los ojos
entre las sombras de los cabellos
vio brillar allí en un espejo
la luz temblorosa de las estrellas.
Tinúviel la belleza élfica,
doncella inmortal de sabiduría élfica
lo envolvió con una sombría cabellera
y brazos de plata resplandeciente.

Larga fue la ruta que les trazó el destino
sobre montañas pedregosas, grises y frías,
por habitaciones de hierro y puertas de sombra
y florestas nocturnas sin mañana.
Los mares que separan se extendieron entre ellos
y sin embargo al fin de nuevo se encontraron
y en el bosque cantando sin tristeza
desaparecieron hace ya muchos años.




8 jul 2012


Atiquifobia


Se define como un persistente, anormal y injustificado miedo a fracasar, a equivocarse o cometer errores.

Si bien todas las personas presentan en algún grado el temor al fracaso, debe recordarse que por tratarse de una fobia estamos hablando de un miedo extremo e irracional. Las fobias impiden que las personas lleven una vida plena, y en este aspecto, el miedo al fracaso resulta en una fobia particularmente paralizante, ya que quienes la sufren dejan de involucrarse en actividades en las que temen fracasar. Incluso se la ha vinculado con el miedo al éxito, debido a que los fóbicos inconscientemente boicotean sus posibilidades. De esta manera, la misma fobia puede producir aquello que causa el temor.
Muchas veces, las causas de esta fobia pueden remontarse a padres o hermanos muy exigentes durante la infancia, o a haber sufrido vergüenza y humillación como producto de un fracaso menor. A medida que avanza el tiempo y la persona va estructurando su personalidad, el miedo al fracaso se va fortaleciendo. Para colmo, nuestra cultura hace un culto a la perfección tanto en la imagen, como en las relaciones, en la carrera, etc. Si bien la perfección es sólo una ilusión, el fóbico siente que no puede descansar hasta haberla alcanzado.
El tratamiento a esta fobia es principalmente a través de técnicas de autoayuda y de motivación. Según fóbicos recuperados, la mejor manera de superar la fobia es enfrentar aquello a lo que se le teme gradualmente. Además, asumir que el fracaso es un paso necesario si se desea alcanzar el éxito.

5 jul 2012


Siempre hay otro punto de vista, una mejor manera  de hacer las cosas que hacemos.
¿Por qué crees que puedes hacerlo?
Quizás nada tenga razón. 
Puede ser que sea más fácil satisfacerme.
Tu no me entiendes, pero si crees en lo correcto, tu puedes ser quien me comprenda.
¿Como puedes tu conocerme y yo conocerte a ti? 
Nada es real.
Crees saberlo todo, pero en algún rincón de mi corazón tu ignorancia es traición .
Yo no pretendo entenderte, pero no soy mejor que tu en todo esto.
Lo sabes, tu no me entiendes.
¿Y ahora quien es el tonto aquí? 
Quizás nada tenga razón, nada sea real.
Quizás la misma realidad sea la razón.

31 dic 2011




Le gustaba perderse por los bosques de los alrededores en otoño, caminar sobre la playa en invierno, observar los rosales en primavera y leer en voz alta fragmentos de algún libro las mañanas de verano. 

Sus ojos hablaban siempre de lo mismo, guardaba sus palabras como fotografías desgastadas por el tiempo. Su corazón gritaba cuando nadie escuchaba. A escondidas, por medio de palabras cifradas.

Recitaba abecedarios de momentos imposibles. Le gustaba jugar a oscuras mientras enredaba el aire en silencio. Adoraba caminar sola, le hacia sentirse menos sola.

Era capaz de recordar la última conversación, lo último que él dijo, intentaba recordarla cada noche. 

Adoraba las despedidas, sabia que se convertirían en nuevos encuentros. Soñaba despierta constantemente y en sus noches de sueños desconectaba del mundo aparente.

Desayunaba sola, solo el frío viento de mañana le acompañaba. Quería recorrer mundo, hacer del lienzo de su vida el mejor cuadro de la historia.

Era ambiciosa, sabe que lo conseguiría. Solo persigue sus sueños aunque le lleven a otras orillas.

28 dic 2011






Está en tu mente, pero no se puede decir..
Está en tus ojos, pero no lo puedes ver...
El sol, el mar, el cielo, los colores en el aire...
Debajo de tu piel, se filtra a través de tu mente...

Voy a dejarte respirar,
Voy dejar que me veas tal y como soy...

Pierdo el equilibrio mientras tiemblo cual hoja agitada por el viento, como si fuera de cristal... Muñeca de trapo mal cosida.
Calmo mis nervios. Decodifico cada palabra que dices.
Y no entiendes, no entiendes que estoy aquí para ayudarte...

¿Es este el amanecer de un nuevo día?
Ahora el aire se vuelve fino y las paredes se están cerrando....

26 dic 2011







El mundo es como un vampiro sediento de sangre...
Destructores secretos que te lanzan a las llamas...
¿Y que recibo a cambio de mi dolor?
Háblame en un lenguaje que pueda escuchar.
Alégrame antes de que me marche.
Sumergeme en un pensamiento en el que perdone a todos...
A pesar de mi ira no soy más que una rata dentro de una jaula...

El mañana es solo una excusa cualquiera.
Entonces vendrá alguien diciendo que lo perdido no puede salvarse.
La tierra se ríe bajo mis pesados pies de la blasfemia de mi cansado caminar...
Ahora estoy desnuda como un animal.
Y... ¿que es lo que quieres?
Y... ¿que es lo que tienes cuando sientes lo mismo?

Y por un momento me perdí...
Envuelta en los placeres del mundo...
Hay misterios que no están listos para ser revelados.
Deseos traicionados y una pieza del juego...